El actual modelo agroexportador no es neutro sobre el territorio, las personas o las actividades que se desarrollan. Concibe la transformación agresiva del medio como un objeto mercantil de explotación económica agroalimentaria con una característica que le es definitoria: transforma y explota el medio como un medio desvinculado de las necesidades sociales y de abastecimiento de un territorio, de su población y de los impactos ambientales, económicos y laborales que el mercantilismo alimentario genera a escala local y global.

Los impactos del extractivismo agroexportador sobre los derechos sociales de personas y pueblos a una producción, distribución y cobertura sostenible, suficiente, universal y diversificada de una necesidad humana básica como la alimentación forma parte de uno de los ámbitos estratégicos de trabajo, investigación y análisis de políticas públicas del Observatorio DESC en los próximos años.