Comunicado y llamada de Stop Maremortum para concentrarnos hoy a las 20h contra el desalojo de Idomeni

El Observatorio DESC se suma a la llamada de la plataforma Stop Maremortum para condenar, este miércoles 25 a las 20h en la plaza Sant Jaume, el desalojo del campo de Idomeni en Grecia.

Para los refugiados y refugiadas, que dejar Idomeneo es el final de un largo sufrimiento pero también de la esperanza. El desalojo es un fracaso de todos: de países como España que ahora pone a las portadas de los periódicos la llegada de 20 refugiados; de un sistema en el que las armas, las guerras y el tráfico de personas son un gran negocio y las víctimas sólo daños colaterales; el fracaso de organismos como la ONU y de la Unión Europea.

Comunicado Stop Maremortum

Ayer por la mañana comenzó el desalojo del asentamiento de Idomeni, en el paso fronterizo entre Grecia y la Antigua República Yugoslava de Macedonia. Esto sucede casi tres meses después de que los gobiernos europeos dieran por clausurada la ruta balcánica y, como consecuencia, dejaran atrapadas en Idomeni y zonas cercanas más de 15.000 personas. Y recordamos que más de 54.000 están estancadas en el país, según datos de ACNUR.

Durante este tiempo, la única respuesta por parte de las autoridades europeas y el gobierno griego ha sido una estrategia de desgaste en la que inacción, negligencia y represión violenta se han combinado para desmoralizar y minar las esperanzas de las personas refugiadas. En las últimas semanas hemos tenido que observar con rabia y desconcierto como los y las habitantes del campo eran abandonadas a las inclemencias del tiempo que convirtieron Idomeni en un lodazal infecto. También hemos presenciado como los estallidos de indignación eran reprimidos cruelmente con gases lacrimógenos que se lanzaron indiscriminadamente en zonas donde habitaban familias; un ensañamiento absurdo con un efecto especialmente dramático sobre los numerosos niños y también personas mayores. La represión también se ha dirigido hacia los y las voluntarias que han sufrido campañas de desprestigio y detenciones sin ningún tipo de fundamento. La lista de despropósitos es interminable: reparto de alimentos en mal estado, aplicaciones telemáticas de asilo inoperativas, difusión de información engañosa por parte de las autoridades.

Desalojando Idomeni se está desalojando la cara visible de la vergüenza europea. Pero el objetivo no es garantizar un trato más digno a estas personas, sino ocultarlas a los ojos de la opinión pública. Ya durante el desalojo se ha expulsado a periodistas y voluntarios del campo. Lo cierto es que el destino que espera a las personas refugiadas son campos de concentración; bajo control militar, sin libertad de movimiento, de acceso restringido para voluntarios, periodistas y ONG, con condiciones sanitarias inadecuadas y atención médica limitada. Imposible construir una vida y un futuro en lugares donde no hay nada que hacer, ningún tipo de actividad o trabajo, ningún tipo de oferta educativa o cultural. Moria, Katsikas, Katerini, Koutsohero, Halkeró, Giannitsá son algunos nombres de los campos de vergüenza.

Desde Stop MareMortum denunciamos ya no sólo el maltrato sistemático que han sufrido las personas refugiadas en Idomeneo, sino también la flagrante violación de los derechos humanos que supone encarcelarlo las ahora en campos de concentración. Unos derechos, como el derecho de asilo, reconocido en el artículo 14 de la Declaración de los Derechos Humanos y en el artículo 18 de la Carta fundacional de la Unión Europa que no se está garantizando por una clara falta de voluntad política, así como todos los procesos de reubicación que Estados se niegan a poner en marcha con la agilidad y la rapidez que requiere esta situación. Señalamos la Unión Europea como instigadora de estas políticas inhumanas que dinamitan los valores de solidaridad en el que supuestamente está fundada. Señalamos el gobierno griego como responsable de haber expulsado la sociedad civil y dejado en manos del ministerio de defensa, actualmente controlado por el partido de extrema derecha ANEL, la gestión de esta crisis.

Finalmente, hacemos un llamamiento a toda la ciudadanía para que exija a nuestros gobernantes que no permitan la existencia de campos de concentración en Europa y que cumplan las leyes que garantizan el derecho de asilo en la Unión Europea.

 

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